Muchas veces realizando mi trabajo, me encuentro con casos en los que las manos me indican cierto descuido. Es difícil muchas veces encontrar las mil un maneras de explicar a determinada persona que así como cuida su cabello, su cara, debe cuidar sus manos. Se que nuestras manos son las eternas olvidadas, pero son las primeras que delatan nuestra manera de ser. Como ? dira mas de una persona...asi es. Unas manos comidas al punto de encontrar maceraciones importantes, me indican cierto tipo de inquietud de orden psicológico por ejemplo; y lo digo por conocimiento de causa, el gabinete estético suele ser muchas veces una especie de catarsis para nosotras. Si pienso un instante en los casos en que embellezco manos con algún esculpido, absolutamente todos son coincidentes con algún tipo de problema que derivó en morderse las uñas..momentos de estress, separaciones, muerte de un ser querido, etc. Cuidarse las manos es un trabajo diario. No sólo me refiero a la piel, tambien hablo de las uñas, a las que agredimos continuamente con agentes corrosivos, usamos de herramienta para abrir un recipiente, esmaltamos con productos de poca calidad que dañan y resecan nuestra lámina natural al punto de la deshidratación. Sólo se toma conciencia cuando la uña y hasta muchas veces la matriz está tan dañada que sólo resta acudir a las uñas esculpidas para disimular nuestro descuido de años ante un evento. Cuando coloco un set de uñas esculpidas por primera vez, me tomo el tiempo de explicar a cada clienta la importancia del cuidado diario de sus nuevas y relucientes uñas, porque de ello depende en gran medida el éxito del sistema. La profesional debe efectuar correctamente su trabajo y la poseedora de las uñas debe hacer sus deberes en casa, como lo haría con sus uñas naturales. Quizá no den tanto trabajo, pero por lo menos los minimos necesarios para llegar al service con todas sus uñas en su lugar e inclusive estirar la frecuencia de éstos.
